Esta terapia consiste en aplicar al cuerpo cambios bruscos de temperatura y tiene propiedades regeneradoras y anti-edad, a la vez que fortalece el organismo.
Distintos estudios han demostrado que el cuerpo humano tiene una gran capacidad para autoregenerarse y que es posible activar las células madre gracias a estímulos importantes, como puede ser exponer al organismo a bajas temperaturas de forma controlada. Una de las técnicas que más éxito ha cosechado es la criosauna, una terapia natural con frío que consiste en sumerger el cuerpo en nitrógeno a temperaturas de entre -130 y -180ºC, durante un máximo de tres minutos. Muy popular hoy en día por sus beneficios regeneradores, los expertos recomiendan realizar dos sesiones a la semana, durante unas cinco semanas y dos veces al año como mínimo, para mantener las defensas del cuerpo.