miércoles, 10 de septiembre de 2014

Arrugas faciales: siempre es mejor prevenir

El artículo titulado “Cuándo es demasiado temprano para comenzar con procedimientos estéticos”, desarrollado por los dermatólogos Dra. Heather Hamilton y Dr. Kenneth A. Arndt – ambos del centro SkinCare Physicians, en Massachusetts - y publicado en la Revista JAMA Dermatology, argumenta que tal vez la mejor pregunta que podemos hacernos es, ¿Cuándo es demasiado tarde para preocuparnos por mejorar nuestra apariencia facial?

Según la nota, a menudo el paciente se pregunta cuál es el momento adecuado para empezar a preocuparse por su apariencia, y si es demasiado pronto para acudir a su dermatólogo o cirujano plástico para someterse a tratamientos de rejuvenecimiento facial. Sin embargo, los autores de este artículo explican que las señales del envejecimiento surgen y se agravan con paso del tiempo, por lo tanto, tratarlas cuando comienzan a aparecer puede ser una excelente alternativa. 

El doctor Ezequiel Chouela, médico dermatólogo de nuestro país, señala que “los tratamientos de rejuvenecimiento facial pueden ser ajustados según las necesidad de cada paciente. Hoy contamos con productos y con técnicas de aplicación que nos permiten tratar las primeras señales y de esta forma prevenir además la profundización de las mismas”. 

La importancia de prevenir

Los autores del estudio resaltan la importancia de prevenir la aparición de arrugas dinámicas. Según el mismo, al relajar la musculatura facial y disminuir la acción de los músculos de forma temprana, se evita la agravación de las arrugas ya existentes y previene la formación de nuevas. Por ende, “la iniciación de un tratamiento regular con la toxina botulínica tipo A en un individuo de 20 a 30 años tendrá un efecto relevante en la apariencia de su rostro cuando tenga 40 ó 50 años. Habrá pocas, o prácticamente ninguna línea de expresión”, afirman los dermatólogos Hamilton y Kenneth A. Arndt. 

Según Chouela, “la utilización de toxina botulínica tipo A como prevención, busca retardar la aparición de las arrugas causadas por la gesticulación diaria, así como también, impide la profundización de las mismas. La piel está constantemente autoreparándose y, en el caso de las arrugas, el colágeno tiende a recuperarse, pero como el movimiento persiste, se vuelve a dañar. Al relajar el músculo, este tratamiento, permite que la regeneración actúe mejor”. 

El artículo de la destacada revista, gráfica lo anterior mediante el seguimiento del caso de unas gemelas idénticas de 38 años de edad, donde una de ellas recibió inyecciones de toxina botulínica tipo A regularmente desde los 25 años, y la otra no. La gemela que recibió las inyecciones de toxina botulínica tipo A, a sus 38 años no presentaba líneas de expresión y/o arrugas dinámicas marcadas y su rostro lucía joven y sano. Por otro lado, la gemela que no hizo ningún tratamiento preventivo, envejeció de forma natural, luciendo notoriamente mayor que su hermana. 

El doctor Chouela comenta que “las ventajas del tratamiento preventivo con la toxina botulínica tipo A se observan en muchos pacientes, no solo visto desde la prevención sino también tomando en cuenta la naturalidad del acompañamiento del proceso de envejecimiento; no es lo mismo tratar un rostro que tiene varias señales a ajustar el tratamiento de forma tal que acompañe con lozanía dicho proceso. Al reforzar la importancia del tratamiento preventivo no estamos estimulando pacientes muy jóvenes a que estén excesivamente preocupados con su apariencia, sino que empiecen a cuidarse temprano, ya que esta conducta hará que lleguen a su madurez con una apariencia más satisfactoria”.

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